Siempre he tenido una enorme curiosidad por saber qué le pasa por la cabeza a esos personajes secundarios de las películas románticas. Esas amigas menos guapas, normalmente graciosas o cabras locas, a las que les toca escuchar a la protagonista y darle consejos o poner la nota excéntrica a la historia. Nunca ligan, ni le gusta ningún hombre, ni aspiran a tener un trabajo mejor, ni sufren ni gozan por méritos propios, sólo si su amiga del alma está triste o está contenta. Como mucho se quedan con un chico “de segunda fila como ella” a la que ninguna de nosotras le prestaría atención.
Existen excepciones, claro, cuando se trata de un guión bien trabajado que no muestra a un personaje plano sino a una persona con todos sus matices pero, en el caso de las películas románticas, es un rara avis. Pienso, por ejemplo, en la amiga íntima de Anna Hathaway en Princesa por sorpresa, en la amiga prostituta de Julia Roberts en Pretty Woman o Rebel Wilson en Mejor… solteras, no la he visto pero intuyo que va por allí (que me corrija si alguien la ha visto).
A mi me interesan esos personajes secundarios porque realmente son chicas como nosotras y las protagonistas de la vida real. No tienen el mejor trabajo del mundo, ni salen con Gerard Butler, ni visten de Gucci, ni les invitan a desfiles de moda, pero sí que tienen sentimientos y una vida personal tan intensa e interesante como la protagonista de turno que encarna una cara bonita, con una supuesta vida idílica que sólo existe en el género de la ciencia ficción como la comedia romántica.
Creo que le tengo tanto cariño a los personajes secundarios que pasan desapercibidos y parecen que sólo existen para engrandecer al otro porque en la escuela siempre me tocaba hacer los papeles no secundarios sino terciarios. Como era muy alta y un poco tímida, me tocaba hacer personajes masculinos por la escasez de hombres en mi clase (cosa que odiaba porque yo siempre he sido muy teatrera y no me gustaba interpretar al sexo opuesto). Pero nunca me daban opción a hacer otro papel porque en clase había chicas más bajitas, menudas, rubitas, que se movían con gracia y les entraba más por los ojos a los profesores que ideaban las obras de teatro.
Todo ello me ha venido a la cabeza cuando hoy una amiga mía ha colgado un vídeo en su Facebook de Kate Winslet, agradeciendo su Bafta por su interpretación de Steve Jobs y decía: “Cuando tenía 14 años, mi profesor de interpretación me dijo que podría irme bien si era feliz conformándome con papeles de chica gorda. Así que lo que siento en esos momentos es que ninguna mujer joven que haya sido ninguneada por un profesor, por un amigo o incluso por sus padres, debería hacer caso a nada de eso, porque eso es lo que yo hice.
Yo continué y superé mis temores e inseguridades. Me gustaría dedicarle este premio a todas las chicas que dudan de sí mismas, porque no deberían estar dudando, sino yendo”.
Los miedos y los temores pueden superarse y no hay que hacer caso de esos lumbreras de jefes, profesores, incluso algunos padres, que no tienen ni idea de todo el potencial que nosotros tenemos y nos ningunean haciéndonos pequeños. Muchas veces esas personas o la sociedad nos asigna un rol secundario porque no saben ver más allá o porque les interesan personas pasivas que no sean las protagonistas de sus vidas. Ni oir hablar de amoldarse a los roles que nos imponen porque eres gorda o delgada, baja o alta o lista o del móntón o mujer o hombre, que no significa ir pisoteando al prójimo (esto sería ser un capullo arrogante). Cada uno es único e irrepetible y el verdadero protagonista de su vida.
Le doy toda la razón a esta estupenda actriz inglesa. En mi caso, siempre fui la dama de compañía de mis hermosas amigas y aún tengo dudas e inseguridades sobre mi aspecto físico, pero la capacitación y el estudio, hoy por hoy me dan un lugar privilegiado entre los profesionistas de mi ramo (abogacía) y entre los letrados. Toda mujer es bella, y debería saberlo.
Bravo!!!!! Toda mujer es muy muy valiosa!!!!!!! El discurso de Kate Winslet es lo más!!!!
¡Enhorabuena! Me ha encantado el artículo y estoy totalmente de acuerdo. Yo normalmente no comparto vídeos en Facebook pero este de Kate Winstlet lo compartí. Todos nos hemos encontrado a nivel personal o profesional a alguien que intenta hacerte pequeño o menospreciar. Hay que estar siempre por encima de ellos y aprender a brillar con luz propia. Ser constante, fuerte y personalidad.
Hace tiempo fui un hombre muy tímido e inseguro de mí mismo. Gran parte de la culpa la tenía yo, pero también me cruzaba con personas que me pisoteaban para sentirse mejor. Me sigo encontrando con muchas personas que para sentirse superiores intentan hacerse sentir inferior al resto, pero una cosa ha cambiado radicalmente: mi autoestima. No me veo para nada como el personaje secundario de una peli, sino como el personaje principal de una peli hecha a mi medida. En esa peli el protagonista no es un "tío bueno" plano y vacío con el que las chicas planas y vacías sueñan, es un tío más interesante y que tampoco descuida su físico. He aprendido a valorarme objetivamente y darme cuenta de que estoy bastante por encima de la media en muchos aspectos e intento mejorar aquellos en los que no lo estoy.
Las pelis románticas son en su mayoría máquinas de lavado de cerebros e introducción de conceptos equivocados. En la vida real, el prota de una peli romántica se pasaría medio día en el gimnasio, otro cuarto de día gastando dinero en trajes caros y el resto del tiempo poniéndole los cuernos a su novia con 20 chicas más (si no es gay, que sería algo muy probable). Ah y por supuesto no trabajaría, porque para eso hay que despeinarse, mancharse la ropa, volver estresado o enfadado algún día, etc.
Hay que negarse a ser personaje secundario, a ser el feo del grupo o el que pasa desapercibido, a dar la vida por perdida pensando que lo máximo a lo que se puede aspirar es a ser como el protagonista de una película plana. Hay que negarse a "tener potencial" y demostrar con hechos la valía de uno.
Bravo, bravo!!!! Muy de acuerdo! Gracias por tu comentario!!!