Hace unas semanas fui a Madrid por trabajo y aproveché para reencontrarme con dos amigos de la Universidad. Parecía que habían pasado dos o tres años, pero en realidad hacía casi diez que abandonamos la facultad. De becarios como mucho habíamos pasado a mileuristas, no sin sustos de por medio como algún tipo de despido, ERE o recorte salarial. Poco había de esos sueños que trazamos en el aula y de esos oficios de nuestra vida que, hipotéticamente, nos estaban esperando.
Parece triste y desalentador, pero en realidad nos reímos mucho de ello. De todas esas tonterías que te dicen en la universidad (de profesores ilusos que no han pisado la realidad laboral en su vida), de esos sueños sin fundamento alguno (como si todas llegáramos a ser Letizia o Ana Pastor) y de esas dosis de grandeza que a veces nos hacen la vida más llevadera (de ilusión también se vive).
En el fondo qué importa si has conseguido eso u lo otro, no quiero ir de mediocre, pero si te pasas la vida estresada, haciendo horas de más, preocupándote de si sale o no un tema, viviendo con miedo a la opinión de un jefe o despertándote a media noche por si te has equivocado en algo, ¿realmente eres feliz? ¿De qué sirve trabajar en la super empresa si no te deja disfrutar de la vida? ¿De qué sirve ser la mejor si después no puedes echarte unas risas y desprender toda esas tensión interior a golpe de carcajada entre amigos porque vas muy liada?
Cada vez soy más fan de irme a la hora del trabajo, de desconectar el móvil, de pasar de los comentarios inoportunos, de no malgastar mi tiempo en una discoteca de moda, de comprar la versión más modesta de un coche, de una casa, de un teléfono, de un ordenador – Apple no es la panacea- para no trabajar como una posesa para consumir/ consumir / consumir cosas inútiles para engañabobos marquistas. ¿De qué sirve tener un coche que sea la bomba si no tienes tiempo de usarlo?
En este punto es cuando admiro a los osos que en invierno se van a dormir para evitar el frío y no salen hasta la primavera, con el buen tiempo, o de esos monjes budas o franciscanos que dejan todas sus posesiones y se sienten verdaderamente libres o el campesino de mi pueblo que se levanta de buena mañana, trabaja la tierra y no sufre ni sedentarismo, ni irritabilidad, ni va corriendo por los pasillos del metro.
Aunque, por otro lado, me sale el rollo urbanita estupenda con grandes aspiraciones profesionales. En el momento que hojeo el Vogue vuelvo a soñar como en la universidad, vuelvo a emocionarme por al japonés que acaban de abrir, veo todas las pelis en inglés para no parecerme a Ana Botella y poder entrevistar a gente interesante (sé que es muy poco habitual) y entro a Zara y me vuelvo loca con las nuevas colecciones de primavera.
Esto es ser treintañera: buscas el equilibrio entre la locura y el raciocinio; el materialismo y la espiritualidad; el trabajo y la diversión; los amigos y la familia y uno mismo. Las treintañeras estamos en una continua búsqueda de nuestro sitio, tanto profesional como personal. A los 30, somos más maduras y más realistas pero todavía tenemos muchos interrogantes en nuestro camino, muchos miedos por no acertar y muchas ganas por encontrarnos a nosotras mismas en un lugar en el que nos sintamos a gusto.
Nadie puede encontrar nuestro sitio por nosotras pero, por favor, las personas con poder pueden allanar el camino con horarios racionales (que permitan la conciliación) y unas condiciones laborales más justas, que no significa regalar o poner las cosas fáciles a los caraduras sino tratar al trabajador como una persona y no como un agente económico.
Sí, ya he cumplido los 31 años. ¿Se nota?
Hola! Te sigo en twitter y acabo de leer este articulo que has publicado; la verdad es que yo cumplo 29 al final de este año pero por desgracia y por decisiones tontas de juventud sigo viviendo con mis padres puesto que tengo que terminar este año la carrera que estoy haciendo, Bellas Artes.
El panorama es desolador y vivo en continuo estrés porque ya de por si mi familia es complicada pero encima a eso sumale que mi edad me pide independencia y espacio para mi misma que no puedo tener, y no porque no lo haya intentando, llevo años echando curriculum para trabajar mientras estudio pero aquí en Granada no hay absolutamente nada y mi desesperación va en aumento conforme pasa el tiempo y no consigo salir de aquí.
Así que leo estas cosas que escribes y aunque no es la misma situación solo me hace tener una leve esperanza de que a pesar de todo si sigo aguantando conseguiré al menos tener un trabajo con el que poder independizarme, realmente a mi no me importan las cosas materiales; mi estado mental solo necesita una cosa y es poder valerme por mi misma.
Si te sirve de consuelo, yo lo he pasado muy mal con el tema del trabajo. Con la excusa de la crisis se han aprovechado muchísimo de mí... A veces tenía la sensación de que casi pagaba por trabajar. SIn embargo, al final me llegó una oportunidad, no seré Letizia Ortiz ni Ana Pastor pero me ha llegado... A ti también te llegará y tu vida tampoco será perfecta... Estamos continuamente buscando nuestro sitio, en definitiva, la felicidad que saboreamos en minúsculas píldoras de vez en cuando. Lo importante es tener un actitud positiva delante la situaciones y afrontarlas con valentía auque te apetezca tener una vida oso y no despertar hasta que llegue el buen tiempo... Si no persistes nunca lograrás un trabajo... Al final todo llega y te lo digo por experiencia
Yo prefiero salir del trabajo a la hora y vivir mi vida. No necesito un sueldazo porque no tengo esa vena consumista y, cuando trabajo, suelo tener un sueldo que me da hasta para ahorrar. Yo solo quiero un trabajo que me permita ser independiente y no me coma mi tiempo libre, porque yo disfruto mucho de mis momentos y por suerte no me hace falta demasiado dinero para hacerlo. Por supuesto que a veces se me antojan cosas que realmente no necesito, pero no me compensa matarme a trabajar y quitarme tiempo y fuerzas para conseguirlo. Valoro más tener tiempo para mí.
Por cierto, somos de la misma edad, hace poco también cumplí los 31. ¡Felicidades!
No puedo estar más, más, más de acuerdo! Viva las del 84!!!!!
Eso está muy bien cuando eres soltera y no tienes ni quieres ninguna carga o responsabilidad como una hipoteca o un hijo. Pienso que las mujeres hoy en dia tenemos muchas responsabilidades: trabajo, la casa, niños, estar guapas y delgadas. En cambio los hombres... nada... a menudo me cuestino si firmar ya una hipoteca o no y ser madre porque hora, no es que viva de lujo, pero vivi tranquila, independiente y no me falta de nada; porque vivo por y para mi. Pero sé, que como están las cosas hoy en día si quiero tenerlo todo como angelina Jolie o me toca la lotería o me caso con un rico, complicado. ..
Madre mia, perfectamente podía haberlo escrito yo! Me veo muy muy reflejada, algunas cosas las tengo controladas, superadas o asumidas, en otras... Mi vida es un caos! Generación del 83
jajjaja! Gracias! De la Generación del 83 al 84 hay un paso!!!! Creo que en esta vida no te enseñan suficiente a superar y asumir las cosas, nos libraríamos de muchos disgustos!
Aquí otra treintañera para el club de apoyo: sin trabajo decente, ni piso, ni coche, ni sueldo para ir a Zara... es decir, nini pero de las cosas que se supone que a esta edad ya deberíamos tener y aquí seguimos. Normal que nos ilusionemos con las cosas más sencillas, si es que no tenemos para más.
Este es el drama de nuestra generación que en teoría a partir de los 30 años deberíamos tener ya una estabilidad profesional y personal y con tanta precariedad sólo podemos sobrevivir nosotras mismas. Por eso las personas dirigentes tienen tanta responsabilidad porque con su trabajo deben erradicar esta lacra en la que personas treintañeras vivimos como auténticos adolescentes. Dicen que somos unos Peter Pan pero el problema está que no nos dejan pasar de becarias o como mucho mileurista rapao...
Que hermoso escrito de aceptación. Gracias por compartir tu experiencia. Me encanta encontrarme con mujeres pensantes en la red. Del 83 por cierto y más libre, plena y feliz que nunca.
Muchas gracias!!!!!
Aquí una de 34 a la que le resulta todo excesivamente cercano. Enchanté señorita
Con 27 me enamoro perdidamente.. Pido un traslado en el trabajo.. Dejo Bilbao y me vengo a Madrid...( si por un hombre.. Lo se...es una locura) a los 30 tengo a Carla .. Lo mejor de mi vida!!!.. A los 32 me separo.. Y a los 33 estoy en una ciudad que no es la mía.. Viviendo en un apartamento y con mi pequeña.. Pero feliz... Porque he encontrado mi sitio....
Hola!!! Te he encontrado por casualidad en la red y estoy encantada con el descubrimiento! Yo soy de la generación del 85, sí, cumplo 30 este año y no me puedo sentir más identificada con tu post y con el resto de comentarios de las chicas. Lo que puedo aportar a día de hoy es que, dentro de toda esta situación que nos esta tocando vivir, hay muchas cosas positivas que podemos aprender y que sembrando cada día conseguiremos lo que queramos.
Muchas gracias por vuestros comentarios y compartir vuestra experiencia! La vida es una continua búsqueda aunque sí que hay momentos en los que te sientes más en tu sitio que en otros.
Oh my dog...Hoy hice 31!!
Eres del 84 como yo!!!! Felicidades!!!!!